¿PORQUÉ NO LO DAS TODO?
La pregunta que titula este blog me la hicieron hace un par de semanas. No tuve que pensar mucho en la respuesta, la he sabido por un largo tiempo, pero había estado guardada en el cajón de las cosas que no quiero que nadie sepa de mí. Por cierto, me llamo Anani, tengo 23 años y amo leer y escribir; sin embargo, esta es la primera vez que me animo a publicar de esta manera. Te cuento el porqué…
Desde pequeña amaba los libros, hartaba a mi mamá pidiéndole que me leyera todos los cuentos que teníamos en casa. Conforme fui creciendo no abandoné tal gusto y le sumé el de la escritura. Poco después de cumplir 17 años, había llegado el momento de elegir qué carrera estudiaría. Yo pensaba: “¡No sé nada de la vida, le tengo miedo a todo, nunca creí que llegaría tan lejos!, ¿Cómo &@%&# quieren que elija? (perdón por los garabatos, en mi defensa aún no era cristiana). Después de miles de ideas, conversaciones, consejos y varios test vocacionales, decidí estudiar Literatura.
Entré a la universidad como un perrito asustado. En cada clase sentía que mis compañeros sabían muchísimo más que yo, que habían leído más y que mis profesores pensarían que yo era una alumna tonta e ignorante.
Tras casi un año de vida universitaria y varios obstáculos que no mencionaré porque esto pretende ser breve y no una novela, conocí a Jesús. Dios me llamó y el Espíritu Santo, insistente, como un susurro me decía: “escribe”. Al principio quise ignorar la voz, aunque sabía que era Dios pidiéndome que usara la habilidad y la pasión que Él había depositado en mí.
Esto me recuerda el momento en el que Dios llamó a Moisés para que liberara a su pueblo de la opresión egipcia (Éxodo 3:7-4:14). Moisés puso estos pretextos para no obedecer a Dios:
· ¿Quién soy yo?
· ¿Qué respondo si me preguntan quién me envió?
· ¿Qué hago si no me creen?
· ¿Qué hago si me dicen que Dios no se me ha aparecido?
· Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra…
· Señor, manda a alguien más…
Las respuestas que Dios le dio a Moisés nunca se trataron de él, sino de aquel que lo llamaba: “YO SOY, me ha enviado”, eso le tenía que decir al pueblo.
Relaciono la historia antes mencionada con la mía porque yo también le pongo pretextos a Dios:
· ¿Por qué yo?
· ¿Qué hago si se burlan de mí?
· ¿Qué hago si nadie lee lo que yo escribo?
· ¿Qué hago si no creen que tú me has enviado a esto?
· Señor, seguro hay alguien que lo hace mejor que yo…
· Señor, manda a alguien más…
No sé qué te ha pedido Dios que hagas. Quizá sea atreverte a iniciar algo nuevo; retomar un proyecto abandonado; concluir aquello que dejaste a medias; predicar; cantar; pintar o hablar con tal persona.
Recuerda que en cualquiera que sea tu encomienda, Jesús siempre nos enseñó a dar pasos de fe, a andar sobre las aguas y a que tal vez recibiremos respuestas a esos pretextos disfrazados de preguntas, pero es muy probablemente que suceda mientras caminamos y obedecemos.
Dios pudo haber escogido a otro hombre cuando vio que Moisés se resistía, pero no lo hizo porque precisamente nos recuerda que su plan de salvación es para todos y que no hay nada que nos pueda apartar de su amor, gracia y PACIENCIA.
¿Por qué no lo doy todo? Perdí la cuenta del número de veces que tuve oportunidad de hacer lo que Dios me pedía; en algunas lo hice a medias, sabiendo perfectamente que sólo hacía lo necesario en lugar de lo mejor; en otras no lo hice por vergüenza, inseguridad, comparación, pereza, comodidad o temor de lo que dijeran de mí.
Yo me tardé casi cinco años en dar este primer paso. Honestamente no sé a cuántas personas llegué esto, tampoco sé cuánto tardaré en volver a hacerlo, pero mi oración es para que recuerdes que fuimos llamados a amar a Dios, a amar al otro y en esa medida, a hacer discípulos. No todos lo hacen de la misma forma. No escondas lo que Dios puso en ti para darle gloria. No olvides que no se trata de ti o de mí, sino del YO SOY.
Con cariño, Anani.
XOXO



🤍🤍🤍
ResponderBorrar❤❤
ResponderBorrar